El Poder de la Palabra de Dios

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”. - 2 Timoteo 3:16

Series: Devocionales

Jesús le respondió: —Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mateo 4:4 “También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús.” Mateo 4:7 “¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.

Mateo 4:10

En el Principio

Dios ha creado un universo maravilloso. Leemos que “Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas… porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme”. (Salmo 33:6,9) Juan declara en su evangelio, “En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad". (Juan 1:1-4) Jesús no era un hombre común y corriente, pero en realidad participó en la creación del universo.

El Poder de la Palabra

Al pueblo de Dios se le ha dicho desde antes acerca del poder de su Palabra: ”No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos”. (Isaías 55:11). Es por este poder que, Dios sabe todo acerca de Su creación: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”. (Hebreos 4:12-13)

Confía en la Palabra

El Apóstol Pablo le enseñó al joven pastor llamado Timoteo sobre la importancia de estar fundamentado en la Palabra: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”. (2 Timoteo 3:16) Por lo tanto, nos regocijamos en saber que “La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos”. (Salmo 19:7-8)

Aprendiendo Acerca de la Palabra de Dios

Una de las formas principales en las que Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) se nos revela a nosotros, es por medio de la Biblia. Nosotros creemos que toda la Escritura (las palabras en la Biblia) han sido inspiradas por el Espíritu Santo, y pueden ser leídas como si Dios mismo nos estuviese hablando.

En el pasaje de hoy, vemos que Jesús cita la escritura a Satanás cuando Él estaba siendo tentado, desmintiendo así las palabras de Satanás. Finalmente después de aquello, Satanás se fue.

Esto nos demuestra que saber lo que está escrito en la Biblia es crítico para nosotros como creyentes. Lo mismo aplica cuando recién recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador. En lo posible, trata de conseguir una Biblia que puedas leer en tu propio idioma. Busca ayuda y aprende a cómo empezar a leer la Biblia.

La Biblia puede parecer difícil de leer y confusa para un nuevo cristiano. Esto puede pasar si empiezan a leer desde el Antiguo testamento—entonces tomará un tiempo hasta poder llegar a los evangelios, y empezar a leer acerca de Jesús, quien es la base de la nueva fe.

Los siguientes son unos pasos sencillos que tu puedes seguir para conocer la Biblia:

  • Empieza con el libro de Lucas, seguido por el libro de Hechos.
  • Después, puedes seguir con el libro de Génesis, Éxodo y Mateo.
  • Luego, te sugerimos leer un Salmo cada día, y un capítulo del evangelio de Juan.
  • Si es posible, reúnete con algún amigo creyente regularmente para que puedas discutir sobre lo que estás leyendo.
  • Aprenda las abreviaciones de los libros y cómo usar el índice en el Antiguo y Nuevo Testamento.

Te animamos a aprender acerca del poder de la Palabra cuando la usamos para hablar y para orar. Mira ejemplos sencillos, pero poderosos, en el Salmo 23 y Juan 3:16.

Ora esta semana:

Señor, te pido me ayudes a entender Tu palabra y ayudar a otros a hacer lo mismo. Háblame y habla a través de mi mientras aprendo y/o explico Tu Palabra a otros. En el nombre de Jesús, Amén


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