¿Es Bíblico el querer tener Riquezas?

¿Quiere Dios que tengamos dinero?

Series: Devocionales

Ahora bien, la verdadera sumisión a Dios es una gran riqueza en sí misma cuando uno está contento con lo que tiene.

1 Timoteo 6:6

¿Es correcto cuando algunos predicadores dicen que Dios quiere que seamos ricos? Ellos nos dicen que podemos conseguir cualquier cosa con sólo orar por ella. Sus lujosos estilos de vida parecen ser un ejemplo de cómo Dios quiere "bendecirnos". Pablo escribió una carta a Timoteo y le dio un fuerte NO a esta idea. Veamos cuatro principios bíblicos sobre la riqueza :

1. Contentarse con Dios

"Ahora bien, la verdadera sumisión a Dios es una gran riqueza en sí misma cuando uno está contento con lo que tiene" (1 Timoteo 6:6). Este versículo nos dice que si somos creyentes en Cristo y tenemos una buena relación con Dios, debemos estar satisfechos. Ya somos ricos. Por otro lado, cuando ponemos cualquier cosa, incluyendo las cosas materiales, por encima de Dios, éstas se convierten en nuestros ídolos. ¡Cuán terrible sería si el seguir a Jesús solo nos fuera útil en esta vida! (1 Corintios 15:19) Dios puede usar los recursos de la gente rica. Pero Santiago 1:9-11 nos recuerda que la riqueza material nada añade a nuestro valor (Lucas 12:15).

2. Lo que Importa es la Eternidad

Sea que seamos ricos o pobres, ninguno de nuestros bienes terrenales viene con nosotros al Cielo. "Después de todo, nada hemos traído con nosotros cuando vinimos al mundo, y no podemos llevar nada con nosotros cuando salimos de él" (1 Timoteo 6:7). Mientras más entendamos que el Cielo es nuestro verdadero hogar, menos nos importará tener más cosas y utilizaremos aún más nuestras posesiones para la gloria de Dios. Si lo hacemos así, podemos ser como la viuda en Lucas 21:1-4 que dio todo lo que tenía y no se preocupó por lo que conservó.

3. Es Suficiente con tener lo Necesario

La Biblia habla de aquellas personas cuyo "… pensamiento se ha confundido. Han perdido su comprensión de la verdad. Ellos piensan que la devoción a Dios es una manera de hacerse rico" (1 Timoteo 6:5). Sin embargo, Jesús advierte cuán difícil es para los ricos seguirlo a Él (lee Mateo 19:16-26). La pobreza tampoco es una medida de piedad. Un gran modelo bíblico es el apóstol Pablo, quien dijo: "Así que si tenemos suficiente comida y ropa, estemos contentos" (1 Timoteo 6:8). No necesitamos tener mucha ropa, o comer en restaurantes de lujo todos los días, sólo tenemos que trabajar duro para proveer para nuestras familias, y confiar que el Señor suplirá nuestras necesidades.

4. Las Riquezas pueden Arruinarnos

El apóstol Pablo nos dice que el décimo mandamiento ("no codiciarás"), fue la manera en que Dios le mostró el pecado que había en su corazón (lee Romanos 7:7). Una cosa es querer poder tener nuestras necesidades básicas, pero cuando deseamos riquezas, esto nos puede llevar a mentir, a engañar o, en casos extremos, ¡robar y asesinar! "Las personas que quieren enriquecerse caen en tentación y son atrapados por muchas codicias necias y dañosas, que hunden en la ruina y la destrucción. El amor al dinero es la raíz de todos los males…" (1 Timoteo 6:9-10). Pero si sometemos nuestras vidas a Dios y su Espíritu Santo, Él nos lleva a vivir de una manera que ayuda y bendice a los demás, y Le glorifica.

Ora esta semana:

Señor, ayúdame a confiar en Tu provisión, a estar contento con lo que tengo y a utilizar el dinero y riquezas que Tú me provees para agradarte. En Cristo Jesús, Amén.


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