Día 30: Portadores de Luz

Al prepararme para "despedirme”, estoy profundamente agradecido de que estés edificando una base espiritual sólida para tu vida. Cuando aceptaste a Cristo, tu fuiste rescatado de la oscuridad y sumergido en la luz de Cristo. El apóstol Pedro dice: “(Él) los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

Ahora, te animo a que irradies esa luz que has recibido en las vidas de los demás. Esta es la promesa que Jesús le hizo a una mujer atrapada en la oscuridad del pecado moral: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).

A través de toda la Biblia, la luz es un tema central y una metáfora poderosa. Siempre se presenta en contraste con la oscuridad. De hecho, la luz extingue la oscuridad. Tu habrás visto cómo una sola vela puede iluminarlo todo en una sala que, de otra manera, estaría oscura. Incluso estos mismos estudios, al salir a un mundo oscuro, saturado de pecado, son una forma de luz que confronta la oscuridad.

Nunca subestimes las formas en las que tu puedes llevar la luz a tus círculos de influencia, tus familiares, amigos, compañeros de clase o de trabajo. Recuerda, no es tu luz, sino la luz de Cristo que brilla a través de ti.

Cierro con el encargo que Jesús dio a sus seguidores: “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:16).

Le doy gracias a Dios por ti y me siento honrado de que el Señor nos haya permitido conocernos.

Que Dios te bendiga y guarde siempre.

John Beckett