Cómo Evitar el Uso Incorrecto de la Biblia

Profundiza en tu caminar con el Señor.

Series: Devocionales

Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad.

2 Timoteo 2:15

Hoy, comenzamos un devocional de dos partes acerca de cómo evitar el uso incorrecto de la Biblia. Pero primero, comencemos con una historia sobre algunos hombres ciegos que se encontraron con un elefante. Uno de los ciegos abrazó la pierna del elefante y dijo: "¡Un elefante es como un árbol!" Otro tocó la trompa del elefante y declaró: "No, es como una serpiente grande". Tocaron la oreja o la cola y dijeron "un abanico" o "una cuerda", y así sucesivamente. Cada uno llegó a una conclusión diferente e incompleta sobre cómo se veía el elefante.

Lo mismo pasa cuando interpretamos la Biblia. Cuando citamos versículos bíblicos sin considerar lo que dice el resto de la Biblia, somos tan tontos como esos ciegos. Si no consideramos los versículos en su contexto, al menos el párrafo o capítulo que lo rodea, corremos el riesgo de llegar a conclusiones completamente erróneas sobre lo que dice la palabra de Dios.

1. Ten cuidado de tomar la Biblia fuera de contexto

Es por eso que Pablo le advierte a Timoteo, y a todos los que creen en Jesús y estudian Su palabra, a que "manejen correctamente la palabra de verdad".

Veamos dos versículos que a menudo se malinterpretan.

"Por sus heridas ustedes han sido sanados". (1 Pedro 2:24)

Algunas personas creen que los cristianos pueden reclamar la sanación física por este versículo. Pero, si lees 1 Pedro 2:24 en su totalidad, éste dice: “Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados".

La primera parte de este versículo nos dice que nuestros pecados, nuestras heridas espirituales, son los que han sido sanados por Jesucristo. El verso se refiere a Isaías 53:5:

“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados".

Este versículo se refiere a nuestras "transgresiones" e "iniquidades", en otras palabras, nuestros pecados. Hay otras siete referencias en Isaías 53 al pecado, la culpa o la transgresión, pero la sanación física nunca se menciona en el capítulo.

La próxima vez que leas: "Por sus heridas has sido sanado", agradece al Señor que tu herida más grave, tu pecado y la separación resultante de Dios, ha SIDO sanada por toda la eternidad. Pero no lo uses para reclamar sanación física para ti u otros.

2. Medita en la Palabra y aplícala a tu vida.

Ahora, veamos Mateo 7:1, donde dice: "No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes".

¡Aún a las personas que no creen en Jesús les encanta citar este versículo! Ellos y lamentablemente muchos cristianos, piensan que éste significa que deberíamos dejar a otros solos y dejarles hacer cualquier acto pecaminoso que quieran.

Pero si continúas leyendo, descubres que el problema no es señalar las fallas de los demás. Está en mirar sus faltas sin reconocer nuestro propio pecado.

El versículo dos dice: “Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.»¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo?” (Mateo 7:2-3)

Lamentablemente, tendemos a ver los pecados de los demás como enormes y los nuestros como pequeños (o no verlos en absoluto). En efecto, Jesús está diciendo, "¡Mírate en el espejo, mira en tu propio corazón y trata con la maldad allí, antes de juzgar a alguien más!"

Varios pasajes bíblicos nos dan el mandato a ayudar a nuestros hermanos y hermanas cristianos, gentilmente señalándoles en dónde van mal, especialmente acerca de sus pecados. Toma estos versos como ejemplo:

"Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado" (Hebreos 3:13).

"Hermanos míos, si alguno de ustedes se extravía de la verdad, y otro lo hace volver a ella, 20 recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados" (Santiago 5:19-20).

En conclusión, lee no los los fragmentos de la santa Palabra de Dios. Lee TODA la Palabra. Comprométete a leer la Biblia, un libro a la vez. No construyas toda tu caminata cristiana alrededor de uno o dos versículos aislados. Esfuérzate por encontrar el significado de cada versículo en el contexto del párrafo o capítulo que lo rodea. Si haces esto en el poder y la iluminación del Espíritu Santo, estarás en camino de convertirte en un ". . . obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15).

Ora esta semana:

Señor, te pido que me des la oportunidad de usar la sabiduría que gano a través de Tu Palabra para compartir la verdad con quienes me rodean. Amén.


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