El Hábito de Leer la Biblia Diariamente

La imagen que Pedro nos dio cuando comparó la Biblia con la leche que alimenta a un recién nacido, es una que todos podemos entender. ¿Has visto alguna vez a un bebé con hambre? Cada una de sus actitudes y acciones viene de un deseo intenso. ¡Esta es la manera en que Dios quiere que nosotros nos acerquemos en Su Palabra!

¡Pero la Biblia es un libro grande y sería muy difícil leerla de una sola vez! ¿Cómo puedes entonces obtener la nutrición que necesitas para crecer espiritualmente? Veamos los siguientes consejos prácticos para comenzar una vida de crecimiento espiritual continuo.

Aumenta Tu Deseo por la Palabra de Dios:

Piensa en todas las bendiciones que la Biblia nos promete. En sus páginas, puedes leer las historias de aquellos que la leyeron y la atesoraron mientras aún estaba siendo escrita, confirmando estas bendiciones. Ellos experimentaron:

• Crecimiento en la fe (lee Romanos 10:17)
• Claridad para conocer y seguir la voluntad de Dios (lee 2 Timoteo 3:16-17)
• Conocer el carácter de Dios (lee Juan 1:18, Juan 16:14)
• Una mejor comprensión de su propia naturaleza (lee Hebreos 4:12)
• Enseñanzas de los éxitos y los fracasos de otros (lee Romanos 15:4; 1 Corintios 10:11)
• Una paz creciente (lee Salmo 119:165)
• Crecimiento en pureza (lee Juan 17:17, Efesios 5:26)

Crea el Hábito de Leer la Biblia

• Comienza aprendiendo acerca de los grandes beneficios de leer la Biblia (revisa la lista anterior). "Dios mío, tus enseñanzas previenen de todo peligro a quienes te respetan. Los que te obedecen serán recompensados." (Salmo 19:11) Medita en estas cosas y aprecia lo que vas a ganar. ¿Quieres conocer a Dios y experimentar Su dirección en tu vida? ¿Quieres ser instruido en cómo evitar las trampas de la vida? ¿Quieres pureza, inspiración y paz? El primer paso para hacer avances reales en estas áreas importantes, es comprometerte a tener un tiempo diario en la Palabra de Dios.
• Haz público tu compromiso. El saber que tus amistades, tu cónyuge,tus hijos o tus padres desean que lo logres, puede hacer que lo pienses nuevamente cuando desees rendirte. (1 Tesalonicenses 5:11)
• Separa un tiempo diariamente, en un lugar callado donde puedas enfocarte en lo más importante; escuchar de Dios. (Lucas 10:41-42) Para muchos, ese tiempo es a primera hora en la mañana.
• Ten un plan de lectura. (Proverbios 21:5) Al principio podría parecer demasiado, pero con un buen plan, es más fácil de manejar. Y hay muchos planes buenos para escoger. Por ejemplo, leer unos tres capítulos al día te permitirá leer la Biblia completa en un año, o puedes leer el Nuevo Testamento en un año, leyendo solamente por cinco minutos diariamente. Cualquiera que sea el plan que escojas, toma la decisión eventualmente de leer toda la Biblia. Como Pablo le aconsejó a Timoteo: "Toda la Escritura es un mensaje enviado por Dios, y es útil para enseñar, reprender, corregir y mostrar a la gente cómo vivir de la manera que Dios manda..." (2 Timoteo 3:16)
• Toma notas. (Jeremías 30:2) ¿Llevarías contigo una libreta si tuvieras la oportunidad de pasar el día con un mentor de renombre? Por supuesto. ¿Por qué entonces no tomar notas de lo que Dios te muestra cada día? Si lo haces, tu aprendizaje será más duradero.
• No asumas una actitud de "todo o nada." (Mateo 21:28-31) Establece metas sencillas y tómalas seriamente. Perdónate si no logras alguna de ellas y no te des por vencido(a).

El crecimiento físico de un niño solo ocurre cuando este tiene los nutrientes suficientes para crecer. Lo mismo ocurre con nuestras vidas espirituales. Los seguidores de Jesús necesitan una buena provisión de la Palabra de Dios. De otra manera, nuestras vidas espirituales comienzan a sufrir. Te sorprenderás de cuánto creces en tu conocimiento de Dios y Su voluntad para tu vida al leer la Biblia y orar diariamente.