El Poder de un Amigo
Pablo viajó y trabajó con diferentes socios y amigos a lo largo de su ministerio.
También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo la hará.
Después de Jesús, el apóstol Pablo es el personaje más prominente en el Nuevo Testamento. Su historia se encuentra en el libro de Hechos, y sus cartas instructivas (epístolas) que dejó a sus hijos espirituales, constituyen aproximadamente la mitad de los libros del Nuevo Testamento. Al ser un hombre educado, judío y un ciudadano romano, Pablo tuvo muchos privilegios, incluyendo la libertad de viajar. Esto le permitió expandir el evangelio a lo largo del Imperio Romano, predicando y enseñando a establecer nuevas iglesias por todas partes.
¿Él lo Hizo Solo?
Por supuesto, Pablo fue acompañado y guiado por el Espíritu Santo. ¿Pero fue Él su única ayuda? ¡No! Pablo viajó y trabajó con diferentes socios y amigos a lo largo de su ministerio.
Primeramente, un día mientras los profetas y los maestro cristianos estaban en Antioquía “Como ellos servían al Señor y ayunaban siempre, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme a Bernabé y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo.» Y así, después de que todos ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los despidieron” (Hechos 13:2-3). Como un equipo, Pablo y Bernabé compartieron el evangelio efectivamente y establecieron algunas iglesias.
Cuando Pablo empezó su segunda jornada misionera, su equipo incluyó a Timoteo, un joven discípulo el cual su madre era judía. “Cuando ellos pasaban por las ciudades, entregaban las reglas que los apóstoles y los ancianos en Jerusalén habían acordado que se pusieran en práctica. Y así las iglesias eran confirmadas en la fe, y su número aumentaba cada día” (Hechos 16:4-5).
Silas fue un compañero en el ministerio, y sufrió al estar en prisión juntamente con Pablo. A través de este juicio, el Señor usó a Pablo y a Silas para llevar a otros a la salvación, incluyendo al carcelero. Y cuando Pablo y Silas se unieron de nuevo al equipo “Al salir de la cárcel, se dirigieron a la casa de Lidia y, luego de ver a los hermanos, los consolaron y se fueron” (Hechos 16:40).
¿Estás Solo(a)?
Pablo fue uno de los evangelistas más dotados en la historia. Una y otra vez, Dios le proveyó a “fieles servidores y colaboradores que sirvieron (con él) en la obra del Señor” (Colosenses 4:7). Si el Señor le permitió a Pablo poder contar con compañeros, tu puedes estar seguro que Dios hará lo mismo por ti. Pídele al Señor que envíe a alguien que te acompañen en el ministerio que Dios tiene para ti.
Ora esta semana:
Señor, te pido me habilites y me capacites para hacer el trabajo que tienes para mi con valentía.
¿Tienes al menos un amigo(a) que sea de tu plena confianza y ante el cual eres responsable por las decisiones que que tomas en la vida? Si no tienes un(a) amigo(a) así, o no tienes amistades, te invitamos a hablar con alguien en línea ahora.