Encontrando a Tu Cónyuge de acuerdo al Plan de Dios
Cuando estás buscando un cónyuge, estás buscando un ministerio.
En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.
Existen muchas historias que pueden confundir nuestra idea o imagen de lo que es el amor. El amor romántico ha sido el tema de mucha música popular, de mucha poesía y de ficción. El mensaje suele ser que esos sentimientos emocionantes que experimentamos pueden durar para siempre. O que existe una persona con la cual todo encajará automáticamente. La gente dice que el amor verdadero completará a una persona. Pero si tenemos unas expectativas tan altas, y no tenemos muy claro el plan de Dios para ese amor romántico, ¿cómo podemos evitar ser arrastrados por las canciones e historias del mundo? ¿De verdad quieres que Jesús sea el centro de tu futuro matrimonio? Si es así, ¿cómo puedes comenzar a hacer las cosas a Su manera?
1. Espera el Despertar de Dios
¿Alguna vez has notado cómo Dios preparó a Adán en el relato de la creación de Eva? ¿Cómo logras que alguien note que falta algo? Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo…” (Génesis 2:18) y luego anunciando Su intención, dijo: “Haré una ayuda ideal para él”. ¿Cómo consiguió Dios que Adán se diera cuenta de su propia soledad? Dios le trajo a Adán todos los animales Él que había creado: “Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre". (Génesis 2:20). Al hacer que Adán se fijara en los animales con sus respectivas parejas, Dios le alertó sobre su propia naturaleza única y sobre el hecho de que no tenía a nadie como él. Entonces Dios satisfizo el deseo que Él había despertado en Adán: "De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el SEÑOR hizo una mujer y se la presentó al hombre..." (Génesis 2:22).
El Cantar de los Cantares o Cantares, es un libro en la Biblia acerca de un nuevo matrimonio entre Salomón y su novia, llamada "Sulamita" (6:13). Algunas personas han visto una semejanza al despertar de Adán por parte de Dios en su consejo poético a las otras “hijas de Jerusalén”: “Prométanme, oh mujeres de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos salvajes, que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado”. (Cantar de los Cantares 2:7). El mundo les dice urgentemente a las niñas y los niños que formen parejas mientras sean lo más jóvenes posible, pero la palabra de Dios no lo hace. De hecho, el apóstol Pablo advierte a los Corintios, "... los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos..." (1 Corintios 7:28). Para evitar estos problemas, no pierdas tiempo preocupándote o fantaseando con una vida que (todavía) no es tuya. También se nos dice que: "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias". (Filipenses 4:6). La fe en el tiempo y la provisión de Dios, es lo opuesto a la ansiedad; y esto es lo que te evitará muchos dolores de cabeza.
2. Busca la Elección de Dios
Pablo advirtió a los Corintios: “No se unan con los incrédulos en un yugo desigual. Pues ¿qué tiene en común la justicia con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz y las tinieblas?" (2 Corintios 6:14) Este es un consejo importante para los Cristianos en cualquier relación, pero es especialmente importante cuando se trata del matrimonio. Génesis 24 registra lo importante que era para Abraham que su hijo Isaac tuviera una esposa que amara a Dios por sobre todas las cosas. Él envió a su siervo de regreso al país de donde venía, diciéndole: "... [Dios] enviará a su ángel delante de ti y se encargará de que encuentres allí una esposa para mi hijo" (Génesis 24:7).
Pensando de nuevo en el primer matrimonio, recordemos que Dios estuvo delante de ellos y se convirtió en el primer casamentero. Antes de que Adán se diera cuenta de su necesidad de una esposa, el plan de Dios era hacerle “... una ayuda ideal para él” (Génesis 2:18). Si Dios quiere que te cases (o te cases de nuevo), en el momento adecuado Él te mostrará a la persona que ha elegido para ti.
3. Acepta el Misterio Completamente
La mención del plan de Dios nos da un indicio de una verdad más amplia: el matrimonio es más grande que nuestra satisfacción personal. Efesios 5:31-32 y Génesis 2:24 explican que: “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Grande es este misterio; pero yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”. Los versículos 21-33 explican con más detalle. Pero como sugiere Efesios 5:21, la sumisión mutua es una gran parte del panorama. Efesios 5:22 nos dice que las esposas deben estar dispuestas a someterse "... a sus propios esposos como al Señor” y los esposos deben estar dispuestos a amar "... a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella". De esa manera, ambos se darán cuenta que el matrimonio es un ministerio. Es el ministerio más profundo, íntimo y personal que tendremos en esta tierra. Cuando te comprometes con otra persona en matrimonio, estás eligiendo a alguien para quien dedicarás tu ministerio ante Dios por el resto de sus vidas juntos. Idealmente, Dios les usará a cada uno de ustedes para lograr Sus propósitos individuales de una manera en la que nadie más podría hacerlo. Y Él usará esa unión para lograr Su propósito en el mundo de una manera en la que ninguno de los dos podría hacerlo solo.
Ora esta semana:
Padre, estoy comprometido con Tu provisión, Tu tiempo y Tu propósito para mí en la soltería o en el matrimonio.