Enseñanzas Difíciles de Jesús
No permitas que nada, sin importar cuán chocante sea, te aleje de Jesús.
Cuando Jesús terminó de decir esas cosas, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza, porque lo hacía con verdadera autoridad, algo completamente diferente de lo que hacían los maestros de la ley religiosa.
La Biblia, la Palabra de Dios, está llena de promesas y palabras consoladoras. Pero tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento podemos encontrar palabras que nos desafían en lugar de consolarnos, o incluso que nos pueden hacer sentir preocupados o confundidos.
Algunas de las enseñanzas de Jesús, Sus palabras, son difíciles porque Su objetivo no era nuestra felicidad en esta vida, sino nuestra santificación. Es decir, que vivamos vidas santas que le glorifiquen.
Permitamos que la dificultad de algunas de las palabras de Dios nos haga alabarle en fe, sabiendo que Su sabiduría y conocimiento son infinitos y perfectos. Y regocijémonos, sabiendo que aunque ahora le vemos a media luz como a través de un vidrio nublado, pronto le veremos cara a cara (1 Corintios 13:12).
Veamos aquí algunas de las ensenanzas difíciles de Jesús con una breve explicación de cada una. Confío en que te ayudarán a conocerle y seguirle mejor.
No. 1: Come Su Carne y Bebe Su Sangre.
“Por eso Jesús volvió a decir: «Les digo la verdad, a menos que coman la carne del Hijo del Hombre y beban su sangre, no podrán tener vida eterna en ustedes; pero todo el que coma mi carne y beba mi sangre tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final" (Juan 6: 53-54).
Esta es uno de las enseñanzas más famosas de Jesús. Muchos de Sus seguidores le abandonaron después de escucharle, y los discípulos incluso dijeron: "Esta enseñanza es muy difícil" (Juan 6:60).
También sabemos que algunos críticos, tomando las palabras literalmente, acusaron a los Cristianos de ser caníbales. Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo estas palabras?
Jesús no estaba instruyendo a la gente a comer literalmente Su carne y beber Su sangre, sino que Su cuerpo quebrantado y Su sangre derramada por nosotros en la cruz, iban a dar vida y alimentar a todos los que creyeran en Él. Más tarde, durante la última cena, Él explicó más al respecto:
“Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciéndoles: —Tomen y coman; esto es mi cuerpo. Después tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció diciéndoles: —Beban de ella todos ustedes. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados” (Mateo 26:26-28).
Entonces al decir que Sus seguidores debían "comer Su carne" y "beber Su sangre", Jesús nos estaba diciendo que debemos tomarle a Él, Su vida misma, hacia nosotros mismos para recibir Su perdón. Y hasta este día, celebramos la Comunión como un recuerdo de Su sacrificio.
No. 2: Odia a tu Familia y a Ti mismo.
"Si quieres ser mi discípulo, debes aborrecer a los demás —a tu padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas— sí, hasta tu propia vida. De lo contrario, no puedes ser mi discípulo" (Lucas 14:26).
¿Realmente Jesús, el Dios del amor, nos está diciendo que odiemos? ¡No! Jesús está usando una hipérbole o exageración, para resaltar Su punto. Sabemos que Él nunca respaldó la ruptura de ninguno de los Diez Mandamientos, como "Honra a tu padre y a tu madre".
Jesús está diciendo que, en comparación con el amor y la devoción que Él merece, cualquier otro amor, incluso hacia nosotros mismos, debe parecerse al odio. Él nos llama a aprender a amarle tan profundamente y a obedecerle tan completamente, que cualquier lealtad humana, incluso el deseo de preservar la vida de uno, se parece al odio en comparación.
Jesús nos dijo en Juan 15:13: "No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos". Y, por supuesto, Él lo demostró cuando fue a la cruz, entregando Su propia vida por el perdón de la humanidad.
No. 3: Sácate Tu Ojo
“Por lo tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno" (Mateo 5:29).
Aquí hay otro uso de la hipérbole. Jesús nos está diciendo aquí que si existe algo que nos impide seguirle, eso requiere una acción drástica. Nuestro destino eterno puede estar en peligro.
En términos prácticos, esto significa que es posible que yo tenga que terminar ese noviazgo que me arrastra al pecado. O tal vez, que tengo que dejar mi trabajo si mi jefe me exige que haga trampa. Para evitar el pecado, Dios podría pedirme que me inscriba en una escuela diferente o incluso que me mude a otra ciudad. Así de importante es esto para Él. Debemos estar desesperados por vivir vidas santas, en el poder de Su Espíritu Santo.
¿Fueron las enseñanzas de Jesús difíciles, radicales, incluso chocantes? ¡Sí! Todavía tienen un gran poder para darnos razones para preocuparnos por la indiferencia hacia Él. Como dijo el misionero Hudson Taylor: "Cristo es el Señor de todo o no es el Señor en absoluto". Cuando encuentres otras palabras o ensenanzas difíciles en la Palabra de Dios, confía siempre en que Él y Sus palabras son fieles y verdaderas. Y a medida que profundizas un poco más y le pides Su sabiduría, Él te enseñará y te guiará, permitiéndote vivir una vida que le glorifica.
Ora esta semana:
Señor Jesús, como dijeron tus discípulos, ¿a quién yo más recurriría? Tu tienes las palabras de la vida eterna. Por muy desafiante que sea Tu llamado, te amaré y te seguiré, porque eres mi única esperanza.
Para ti, ¿qué es lo más difícil de seguir a Jesús?