¿Es el Dinero Tu Dios o Tu Sirviente?
¿Cuál es el propósito de Dios para el dinero?
Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón.
Para algunas personas el dinero lo es todo. Durante toda su vida se consumen en ganar dinero y comprar todo lo que puedan. Lucas 12:16-21 relata la Parábola del Rico Insensato, la cual relata una historia muy triste sobre un hombre que pensaba que lo tenía todo, pero que aún necesitaba tener más. El problema era que aunque él tenía todo lo que su vida presente podía ofrecer, no iba a tener absolutamente nada para su condición eterna. Lee acerca de cómo Dios le respondió a su ceguera espiritual en Lucas 12:20-21:
»Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. »Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio».
Es Hora de Decidir
Todos tenemos que tomar una decisión sobre qué papel jugará el dinero en nuestras vidas: ¿será tu dios o será tu sirviente? Un punto crucial es que cualquier recurso que tengamos es siempre un regalo de Dios, y por eso nos convertimos en lo que la Biblia llama un "mayordomo". En el Nuevo Testamento, un "mayordomo" era alguien que supervisaba los recursos de otra persona. Eran responsables de administrar la casa de alguien, su negocio y sus finanzas. Como cristianos, también se nos llama "mayordomos" en lo que respecta a los recursos que Dios nos ha dado. 1 Corintios 4:2 nos dice: "Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza".
El problema con el dinero es que nunca se trata de cuánto o cuán poco tenemos, sino de qué tan fieles somos con lo que Dios ha puesto a nuestro cuidado. Podemos usar el dinero sabiamente o podemos usar el dinero tontamente. La decisión siempre es nuestra.
¿Cuál es el propósito Espiritual del dinero?
El primer propósito del dinero es cubrir las necesidades básicas de una persona: comida, ropa, vivienda. Todos tenemos estas necesidades. Incluso Jesús mismo oró en Mateo 6:11: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”...
En segundo lugar, a menudo, Dios usa la provisión de dinero o la falta de dinero para validar la dirección espiritual de la vida de un creyente. El principio es simple: si algo es la voluntad de Dios, entonces Él proveerá los recursos necesarios para esa obra. Generalmente, el entendimiento de esto, no llega rápido pero requiere que esperemos y permanezcamos fieles en el lugar en el que Él ya nos tiene. Personalmente, he aprendido por las malas, que cuando Dios retiene los recursos necesarios de mi vida, muy a menudo era para protegerme de algo dañino.
En tercer lugar, el dinero nos permite ayudar a otros que son menos afortunados que nosotros. 2 Corintios 8:14 dice que nuestra abundancia debería ayudar a suplir las necesidades de los demás.
En cuarto lugar, cuando Dios nos provee el dinero que necesitamos, demuestra Su poder tanto a nosotros mismos como a los demás para que Él pueda ser glorificado y exaltado. 2 Corintios 9:8 dice: “Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes”.
La provisión sobrenatural de Dios permite que el mayordomo fiel literalmente "abunde" en hacer cosas buenas. Una de las verdades alentadoras de la vida cristiana es que el creyente posee lo que las Escrituras llaman "las verdaderas riquezas". Lucas 16:11 dice: “Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?”
Las “verdaderas riquezas” son aquellos valores espirituales que permiten al creyente convertirse en un canal de bendición para los demás. Cualquiera puede acumular riquezas en abundancia, pero nunca poseer nada de valor real o espiritual. Como creyente, Dios no nos ha llamado a vivir para nuestros propios deseos y anhelos personales, sino para encontrar un propósito mayor para vivir, uno que toque las vidas de otras personas con amor, bondad, preocupación y generosidad.
Entonces, ¿cuál es nuestra conclusión?
La forma en que la gente ve el dinero es a menudo un barómetro eficaz de su verdadera espiritualidad. Todos conocemos la historia del joven rico que en su mente era profundamente espiritual. Sin embargo, Jesús lo que hizo fue exponer dónde su corazón estaba realmente. Él era muy rico, pero sus riquezas fueron las que finalmente le mantuvieron fuera del reino de Dios.
Ora esta semana:
Padre, ¿podrías ayudarme a ser un buen mayordomo de todo lo que provees para mi vida? Ayúdame por favor, a no derrochar sino a tener siempre presente que todo lo que tengo te lo debo a Ti.