Jesucristo Puede Sanar la Adicción

Tu puedes ser liberado(a) de tu adicción.

Series: Devocionales

Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar.

1 Corintios 10:13

Todos tenemos deseos incorrectos y somos tentados, pero Dios nos ha dado un defensor que nos ayuda a resistir el pecado, si queremos. ¿Estás cansado(a) de tu adicción al alcohol, al sexo, las drogas, la pornografía, o la codicia? Jesús ha provisto la salida para que seas liberado(a) de estas adicciones. Esta es la manera en que tu podrás resistir la tentación y permitir que Jesús sane tu adicción.

Hay un sinnúmero de personas que están disfrutando de algún tipo de adicción porque todavía no han tenido que enfrentar las consecuencias de esa adicción. Gálatas 6:8 nos dice que aquellos “que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna”. No hay paz ni libertad al amar una adicción o pecado. Si tu deseas ser sanado(a), debes abandonar y renunciar a la adicción o el pecado.

Resiste la Tentación

2 Timoteo 2:22 nos dice “Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro”.

  • Todos somos tentados; nadie está exento.
  • Aprende a reconocer las personas, las cosas, y las situaciones que son más poderosas para ti.
  • Luego de reconocer al tentador, resístelo.
  • La decisión es tuya, por lo tanto, escoje hacer lo que agrada a Dios.
  • Busca amistades que amen a Dios, que hayan resistido la tentación, y que te puedan ayudar a resistir las tuyas.

La Sanación es Posible

Jesús puede sanar todo tipo de adicción, aun aquellas que buscamos deliberadamente. Jesús nos dice en Joel 2:25, “Les devolveré lo que perdieron a causa del pulgón, el saltamontes, la langosta y la oruga” aún si el sufrimiento es el castigo de Dios hacia la persona por su conducta pecaminosa. El propósito de Dios nunca es tentarnos para hacernos caer en pecado sino hacernos santos y útiles. (Santiago 1:13; Hebreos 12:11-13) David, conociendo el castigo de Dios, dijo lo siguiente; “Devuélveme la alegría; deja que me goce ahora que me has quebrantado”. (Salmos 51:8) Pídele a Jesús que sane tu dolor físico o emocional provocado por un padre o madre abusivo(a), la aflicción por la pérdida de un(a) hijo(a), la soledad debido a la muerte del cónyuge, o cualquier situación por la cual estás pasando. Ninguna adicción te va a sanar. Permitir que tu naturaleza pecaminosa controle tu mente conducirá a la muerte. Permitir que el Espíritu de Dios controle tu mente, conduce a la paz y a la vida. (Romanos 8:6)

Ora esta semana:

Padre, este pecado está destruyendo mi vida. Por favor ayúdame. En el nombre de Jesús, Amén.


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