Por eso el Señor estaba con él, y Ezequías tuvo éxito en todo lo que hizo. Se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a pagarle tributo.
¿Con qué frecuencia te pasa esto? Pasas por un momento difícil, tal vez un problema de salud o conflictos familiares, e intentas resolver el problema por tu cuenta. Después de un tiempo, te encuentras agotado y listo para renunciar al problema, y nada de lo que has hecho parece ayudarte en lo absoluto.
Querer confiar en nosotros mismos está en nuestra naturaleza pecaminosa, pero la Biblia nos muestra un gran ejemplo de lo que sucede cuando confiamos plenamente en Dios en lugar de hacerlo en nosotros mismos.
El ejemplo de Ezequías
Ezequías fue uno de los mejores reyes de Judá en el Antiguo Testamento. 2 Crónicas 31:20 dice: “Eso mismo hizo Ezequías en toda Judá, actuando con bondad, rectitud y fidelidad ante el Señor su Dios”. En 2 Reyes 18:5, dice: “Ezequías puso su confianza en el Señor, Dios de Israel. No hubo otro como él entre todos los reyes de Judá, ni antes ni después”.
Ezequías mostró su amor hacia Dios confiando plenamente en Él. Sin embargo, eso no fue todo lo que él hizo.
“Se mantuvo fiel al Señor y no se apartó de él, sino que cumplió los mandamientos que el Señor le había dado a Moisés. El Señor estaba con Ezequías, y por tanto este tuvo éxito en todas sus empresas. Se rebeló contra el rey de Asiria y no se sometió a él”. (2 Reyes 18:6-7)
¿Qué hizo a Ezequías ser un rey tan fiel a Dios? Fue su implacable confianza en Dios en todas las circunstancias. Él demostró que era fiel a Dios por la forma en que cumplía sus mandamientos.
¡Y su vida no fue fácil! Fue el rey de Judá después de un momento muy difícil en su historia. Tenía que liderar la nación, ya que estaban siendo desafiados por la mayor potencia mundial en ese momento: los asirios. Hubiera sido fácil para él sentirse abrumado por todo lo que sucedía en su vida pero, en vez de eso, él confió en Dios.
¿Qué hizo Ezequías cuando Asiria amenazó al reino? Entró en el templo de Dios y presentó ante el Señor una carta intimidante, escrita por el rey de Asiria, por la que le pidió liberación. ¡Dios exterminó al ejército asirio en una noche! Ezequías no tuvo que mover ni un dedo, y la victoria fue del Señor.
Ezequías se aferró al Señor y no dejó de seguirle. Por eso, fue llamado uno de los mejores reyes de la historia de su nación.
Tenemos acceso a Dios
Quizás estés pensando: “¡Bueno, Ezequías era un rey! No me parezco en nada a él". Es cierto que todos tenemos diferentes roles en la tierra, y algunos de nosotros tenemos más poder terrenal que otros, pero todos tenemos acceso al mismo poder al que tuvo acceso Ezequías: el poder de Dios. Ezequías accedió a ese poder permaneciendo cerca del Señor durante toda su vida y manteniéndose fiel a Él.
No creas que necesitas manejar las cosas por tu cuenta, porque no puedes. Pero por Su Espíritu, podemos manejar cualquier cosa que la vida nos depare. Como creyentes, después de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, tenemos acceso al Espíritu Santo que vive dentro de nosotros (Efesios 1:13-14).
¡El Espíritu Santo es Dios! Saber que Dios vive dentro de nosotros y que nos da poder en situaciones difíciles (y también cuando la vida va bien) debería ser muy reconfortante. A medida que sigues adelante y te enfrentas a situaciones difíciles, recuerda que el Señor está contigo y que Él es constante, fiel y digno de confiar.
Ora esta semana:
Señor Dios, dame la capacidad de confiar plenamente en ti con absolutamente todo en mi vida. Permíteme entregarte todo, hasta lo que me estoy guardando, porque solo Tú puedes llevar mis cargas. Gracias por amarme y no abandonarme en momentos de necesidad. Te amo, Señor. Amén.