¡Me quedé sin Dinero! ¿Qué hago ahora?

¡Hay esperanza en Jesús!

Series: Devocionales

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.

Jeremías 29:11

Estar desempleado puede entorpecer nuestros planes de comprar una casa, pagar los estudios o ayudar a nuestros padres. Son muy pocas las personas que se preparan para la pérdida de un empleo. Algunas personas ahorran un porcentaje de su dinero con la esperanza de ganar más en el futuro. Cuando quedamos desempleados nos vemos tentados a perder la esperanza y dar por perdidos nuestros planes para el futuro. En Jeremías 29:11, aunque la situación de los Israelitas se veía desesperada, Dios les hizo saber acerca de Sus buenos planes de esperanza para sus vidas. Eso es grandioso, ¿verdad? Jesús te ama tanto que Él tiene un plan para tu vida.

¿He Sido Responsable?

¿Alguna vez has estado desempleado? Te sientes como si te hubiesen despedido, aunque no sea así. Después de todo, el resultado es el mismo; no tener un empleo. En un momento así, yo me dirijo a mi Padre en el Cielo y le pregunto: “Padre, ¿hay algo que yo pude haber hecho para prevenir la pérdida de mi empleo? Es entonces cuando me arrepiento de cosas que sé que hice mal y de los pecados que no me había dado cuenta que había cometido. En 1 Juan 1:19 dice, “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”.

¿Es Hora de un Cambio?

“Oye mi oración, oh Señor; ¡escucha mi ruego! Respóndeme, porque eres fiel y justo” (Salmos 143:1). Cuando siento que necesito que el Señor escuche mi clamor, yo aparto tiempo para escucharle a Él. Me desconecto de todas las distracciones; apago el celular, la radio, y la televisión, y me siento en silencio. Ahí, en ese silencio, yo oro y alabo al Señor y le escucho. Jesús te puede bendecir en tu profesión actual o cambiar tu vida así como lo hizo con los discípulos. “Pasando por la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres». Al momento dejaron las redes y lo siguieron” (Marcos 1:16-18).

Ora esta semana:

Padre, ayúdame a confiar en Tus buenos planes para mí, aun cuando las cosas parezcan irremediables. Amén.


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