Perdonando a Otros en la Iglesia

¿Cómo puedo perdonar a alguien que continúa lastimándome?

Series: Devocionales

Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.

Efesios 4:32

¿Estás pasando por esto? ¡Alguien en la iglesia a la que asistes te molesta tanto que a veces prefieres quedarte en casa y no ir a la iglesia!

¿Tienes un “enemigo” que te mantiene alejado de la iglesia?

El día antes de morir, Jesús les dijo a Sus discípulos que el mandato más importante que Él les estaba dando era que se amaran los unos a los otros. (Juan 15:12-17) Durante toda la última noche con ellos, Él les estaba preparando para la vida después de Su muerte, de Su resurrección y Su ascensión al Cielo. (Juan 13-17) Él les había mantenido juntos como Sus discípulos durante los últimos tres años, y ahora ellos necesitaban saber cómo podrían permanecer juntos a pesar de que se dispersarían por diferentes partes del mundo. La respuesta de Jesús fue amor el uno por el otro, lo cual les uniría.

Nosotros también necesitamos ayuda para amarnos los unos a los otros, incluso cuando hay desacuerdos entre nosotros en la iglesia. Los discípulos no habían captado la idea de Jesús con mucha frecuencia, discutían entre sí y esperaban sacar ventaja los unos de los otros. (Lucas 22:24-30) ¿Les dividirían el egoísmo y la amargura sin que Él caminara con ellos? No, si escuchaban lo que Él dijo. Él les dijo a Sus discípulos que ellos siempre deben perdonarse unos a otros, y esto es lo que nosotros debemos hacer también. No debemos permitir que la ira y la amargura crezcan. Cuando eso sucede, nos convertimos en testigos ineficaces para Él.

¿Cómo voy a perdonar a otro Cristiano que me hiere?

Jesús estaba haciendo que Sus discípulos se comprometieran los unos con los otros como una familia eterna. Esto significa varias cosas:

Primero, que es prácticamente imposible evitar ofender a otros en esta vida, así que no debemos pretender que nunca ofendemos a nadie. Los hermanos no siempre se llevan bien, pero nunca dejan de ser familia. ¿Qué se necesita para mantener la paz? Tienes que ir donde alguien que se siente lastimado, aún cuando tú no sabes lo que hiciste mal. Jesús incluso le dio prioridad a esto sobre nuestra adoración en Mateo 5:23-24.

Segundo, perdona a otros, porque sabemos que hemos hecho cosas que le dan razones a otros a estar ofendidos. Puede que ellos ni siquiera sepan lo que hicieron mal. Ve donde ellos. Sé persistente y paciente (Mateo 18:15-22). Jesús nunca deja de perdonarnos. Nosotros tenemos que ser de la misma manera.

¿Por qué debería perdonar, aún cuando ellos no lo lamentan?

Una de mis queridas amigas fue víctima de una conspiración en su familia. El estar divorciada y criando a sus dos hijos sola, había hecho que la vida fuera una lucha. Y luego su padre y su hermana menor acordaron no darle nada a ella en la herencia de unas propiedades de la familia. Ésto le hizo a ella maldecir y abandonar a su familia durante años. Ella hasta emigró a otro país para romper con sus relaciones familiares de manera irreversible.

Pero entonces, algo pasó para que ella cambiara de opinión. Ella encontró a Jesús. Pasaron algunos años antes de que ella se reconciliara con su familia. Ellos no la recompensaron por la propiedad perdida o los años de arduo trabajo. Pero cuando Dios cambió su vida, Él primero le dio el deseo, luego más tarde, el verdadero poder, de perdonar. Mirando hacia atrás, ahora ella ve claramente que la falta de perdón es realmente lo que le lastimó y lo que más le costó. Realmente no fue sino hasta que ella dejó ir lo que le retenía, que entonces ella misma se liberó.

Cuando Jesús dijo en Mateo 6:14-15 que nosotros no podemos ser perdonados si no perdonamos a los demás, Él nos estaba diciendo dos cosas: 1) el no perdonar a alguien es desobediencia a Él, y 2) no podemos ver nuestra propia necesidad de perdón Si mantenemos la ira y la amargura en nuestros corazones. En esencia, el perdonar a alguien tiene más que ver con nuestra relación con Jesús que con esa persona.

¿Cómo perdonamos cuando no tenemos deseos de hacerlo? El perdón es una elección, no un sentimiento. Debemos escoger obedecer. Puede ser que debamos decirle a Jesús: “No quiero perdonar porque eso hace correcto lo que me hicieron, ¡y no fue correcto! Pero quiero estar cerca de Tí más de lo que quiero mantener esta ira, así que elijo perdonar. ¡Ayúdame, Señor Jesús!” Luego, la próxima vez que recuerdes lo que te hicieron o les veas en la iglesia o en cualquier otro lugar, simplemente puedes decirle a Jesús:“ Yo te he dado esto, no lo retomaré”. No pasará mucho tiempo en que te des cuenta de que estás libre de la esclavitud de lo que esta persona te hizo. Estás libre de la ira y de la amargura. Eres libre de hacer o decir lo que Jesús te pida que les digas con paz en tu corazón (Filipenses 4:7 y Lucas 12:11-12).

Ora esta semana:

Señor Jesús, tengo problemas para perdonar a ______ en mi iglesia. Elijo obedecerte porque necesito Tu paz más de lo que necesito una prueba de estar en lo correcto o incluso de la justicia de este mundo. Te doy esta situación en Tus manos. Ayúdame a dejarlo contigo. Ayúdame también a decirles Tus palabras para que podamos reconciliarnos unos con otros por la obra de Tu reino.


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