¿Por Qué La Gente Buena Sufre Mientras Que La Gente Mala Prospera?
Si Dios bendice a todos aquellos que le obedecen, ¿por qué entonces vemos a la gente mala prosperar y a la buena, sufrir bajo la pobreza y opresión?
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
La Biblia dice que aquellos que se deleitan en la ley de Dios, prosperan. ¿Y por qué entonces nuestra experiencia no coincide con esa imagen? Todo tiene que ver con la perspectiva. Cuando nos acercamos demasiado a un cuadro, lo que vemos es una mezcla de colores, confusa y sin sentido. De la misma manera, cuando tomamos un versículo de la Biblia fuera de contexto, fuera del mensaje completo de la Palabra de Dios, se nos puede nublar nuestro entendimiento. Demos entonces un paso hacia atrás para tener una mejor perspectiva. Veamos los siguientes:
Evita la Destrucción Eterna
Aun David, el que escribió el Salmo 73, tuvo dificultad para poder entender por qué los malvados prosperaban: “Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara. Sentí la envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados… hasta que entré en el santuario de Dios; allí comprendí cuál será el destino de los malvados” (Salmos 73:2-3, 17). La prosperidad de los malvados no perdurará. A través de las Escrituras, Dios nos advierte que el resultado de no obedecer Sus mandamientos (pecar), es la muerte, la destrucción y el juicio. “...el pecado, una vez que ha sido consumado, da a la luz la muerte” (Santiago 1:15b).
Viviendo Cerca de las Corrientes de Agua
Aquel que escoge a Jesús vivirá su vida cerca de las corrientes de agua. “¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38-39). (Con la expresión «agua viva», Él se refería al Espíritu, el cual se le daría a todo el que creyera en Él; pero el Espíritu aún no había sido dado, porque Jesús todavía no había entrado en su gloria).
La oración de Pablo en Efesios 3:16-18, habla de echar (crear) raíces profundas en el amor de Dios las cuales se encuentran en Cristo Jesús. Luego, siendo fortalecidos con poder por medio del Espíritu tienen como resultado “estar llenos de la plenitud de Dios”. Lee y medita los versículos en Efesios 1:1-14 y te darás cuenta que tú tienes todos los recursos y bendiciones de Dios en Jesucristo.
Prosperando y Dando Fruto
¿Cómo prosperamos como Cristianos? Prosperamos cuando damos fruto. Gálatas 5:22-23 nos dice: “El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”. ¡Eso suena a una vida bendecida! La manera más fácil de no alcanzar todo lo que Dios tiene para usted, es buscando la felicidad y la prosperidad en las cosas materiales. Jesús nos dice “La vida no se mide por cuanto tienen” (Lucas 12:15). Como el árbol en el Salmo 1, tu vas a florecer y bendecir a aquellos a tu alrededor cuando te mantienes conectado a Jesús.
Ora esta semana:
Señor, te pido que me llenes de Tu Espíritu para poder vivir una vida llena de amor, felicidad, paz, paciencia, bondad, benevolencia, fe, gentileza y control propio, y yo pueda ser de bendición para los que me rodean. En el nombre de Jesús, amén.