¿Qué Pasará al Final de los Tiempos?

¿Le tienes miedo al futuro?

Series: Devocionales

Así podremos vivir en este mundo… mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Tito 2:12-13

El mensaje más grande que Jesús tiene para nosotros en la Biblia es que no debemos tener miedo. ¡Él ha hecho un camino de seguridad para nosotros!

No tengas Miedo

¡Dios nos dice que nunca tenemos que tener miedo! No importa lo que pase a nuestro alrededor; podríamos perder nuestro trabajo y no encontrar uno nuevo, o una tormenta podría destruir todo lo que tenemos. Dios dijo: "No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).

Jesús nos dijo la razón por la cual no debemos temer en Juan 16:33; Él ya ha vencido todos los problemas y las aflicciones. Tal vez no podamos ver esta victoria en nuestras circunstancias todavía, pero podemos experimentar Su presencia en nuestras vidas sin importar lo que pase (lee Filipenses 4:7).

Entendiendo los Tiempos

Jesús también les dijo a Sus discípulos que Él quería que ellos entendieran Sus enseñanzas (lee Mateo 13). Él les abrió el entendimiento (lee Lucas 24:45) y les prometió que el Espíritu Santo también haría esto por todos los creyentes después de que Él se fuera (lee Juan 14:26).

Dios ha dicho que Él dará a conocer el fin del mundo desde el principio (lee Isaías 46:10) para que nosotros podamos ver cómo se desarrollan las cosas ante nuestros propios ojos y saber que Él todavía tiene el control. Jesús nos dio más profecías en Mateo 24, diciéndonos qué observar para que sepamos que el final está muy cerca. Los versículos 5-7 suenan como nuestros noticieros de hoy. Los versículos 9-14 también son ciertos como nunca antes en la historia de la Tierra. Tanto los judíos como los cristianos están sufriendo de maneras horribles.

Otras profecías en el Antiguo Testamento también se están cumpliendo. Ezequiel 36-37 profetizó el regreso de Israel a su propia tierra, lo cual sucedió en 1948. ¡Y ahora los capítulos 38-39 se nos presentan en tiempo real, para que todos lo veamos! La profecía de la destrucción de Damasco (Isaías 17) es una realidad que todos estamos viendo desarrollándose ante el mundo entero.

Esperando Su venida

¿Cuál es nuestra responsabilidad cuando vemos que estas profecías se cumplen? Las mismas palabras de Jesús dicen que debemos mantenernos despiertos, porque no sabemos qué día vendrá nuestro Señor (lee Mateo 24:42).

Jesús también esperaba que le pidiéramos que regresara (lee Apocalipsis 22:20 y 2 Timoteo 4:8). Nuestra verdadera esperanza no está ligada a nada de este mundo, sino a Jesús mismo. Nuestro mayor anhelo es estar con Él para siempre y el segundo es traer a tantos como nosotros podamos con nosotros. El que observa y ve que el peligro se acerca, debe advertirle a los demás que no lo ven. Nosotros los que sabemos lo que sucederá y vemos las señales en todos lados, debemos advertirle a aquellos que no están listos, para que ellos también puedan tener a Jesús en sus vidas antes de que sea demasiado tarde para siempre.

¿Cómo podemos estar pendientes si no estamos seguros de que iremos con Él cuando nos llame? Esta es la pregunta más importante que cualquiera de nosotros puede responder hoy. Él quiere que tu SEPAS que tienes vida eterna (1 Juan 5:13). En la seguridad de saber esto, la "bendita esperanza" que nos mantiene sin miedo a pesar de que todo a nuestro alrededor se esté desmoronando, es que tal como lo dijo Jesús, ¡está nuestra fuente de paz y alegría! La muerte no puede hacernos daño. La muerte de aquellos a quienes amamos, los que han aceptado a Jesús como su Salvador, ya no es algo al cual temer, sino un momento de regocijo en el saber que pronto les veremos nuevamente.

Ora esta semana:

Señor Jesús, ayúdame a mantener mis ojos en ti en lugar de las cosas de este mundo, para que sin temor, le diga a todo el mundo a mi alrededor, acerca del amor que Tu tienes por ellos también.


Pregúntate a tí mismo esto:
Si yo me encontrara con Jesús cara a cara hoy, ¿qué me asegura a mi que yo iría al Cielo con Él?
Si tienes alguna duda de ser verdaderamente de Jesús por siempre, por favor conéctate con nosotros. ¡Estamos aquí para ayudarte a estar seguro! El poder hacerlo es así de sencillo:
1. - Admite a Dios que tu pecado es lo que te separa de Él y no hay nada que tu puedas hacer para llegar a Él (Romanos 3:23, 6:23, Juan 14:6).
2. - Cree en Él cuando dice que Él ya pagó el precio por tu pecado, acepta Su pago por ti, pon tu confianza en Su promesa de vida eterna (Juan 1:12, Mateo 11:28).
3. Confiesa con tu boca que Él es el Señor (Romanos 10:9-10, 17).

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