Siete Cosas que Dios Quiere que Veamos
Él quiere que veamos dentro de la caja de regalo envuelta en Su amor.
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
Estaba en un pequeño problema. El pasado domingo por la mañana, después de vestirme, me puse un lindo par de botas y unos leggings para complementar mi vestido negro.
Bueno, no estaba segura de tener la combinación de colores correcta de los artículos. Como mi esposo no estaba en casa, hice lo que haría cualquier chica ciega. Tomé mi celular y le dije a Siri que abriera la aplicación llamada “Sé Mis Ojos”. Y ella lo hizo. Y Siri me leyó la pantalla. Presioné el botón que decía: "Llamar al primer voluntario disponible".
Toqué el botón y en segundos respondió una persona real. “Hola, mi nombre es Sue, ¿cómo puedo ayudarte?”
“Gracias,” dije. “¿Puedes decirme si tengo la combinación de colores correcta para mi atuendo?”
Sostuve mi teléfono celular para que pudiera ver lo que llevaba puesto. Y la dulce chica del otro lado describió exactamente lo que tenía puesto, colores y otros detalles.
¡La aplicación “Sé Mis Ojos” es la mejor ayuda que existe! Las personas ciegas pueden usar este servicio gratuito para leer las etiquetas de los medicamentos, identificar los artículos de la despensa y escuchar una descripción de su entorno. La lista es interminable. En verdad, “Sé Mis Ojos” es una libertad bienvenida para los ciegos.
Dios quiere ser eso mismo para nosotros
Él quiere ser nuestros ojos para que podamos ver Su mano trabajando en medio de cambios dolorosos. Él quiere que miremos de cerca cómo Su Palabra está cobrando vida a pesar de cada terrible episodio que irrumpe en nuestras vidas. Él quiere que observemos cómo el mal se está acercando sigilosamente y, bajo la vigilancia de Dios, se dirige a su triste final. Él quiere que veamos todo eso.
Pero, ¿lo hacemos? A veces no. Estamos cegados por el miedo. Cegados por la preocupación por el mañana y por la ansiedad que nos desvela por la noche.
Pero… ¿y si abrimos la “aplicación” de nuestro corazón para ver estas siete áreas? Allí traza el camino para que vivamos como conquistadores, confiados y seguros.
Siete cosas para ver
Él quiere que veamos dentro de la caja de regalo envuelta en Su amor: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo”. (Juan 14:27a). Pero espera un minuto, ese regalo viene con esta instrucción: “No se angustien ni se acobarden”. (Juan 14:27b). Con esa paz, hay poder. Tenemos el poder de tomar la decisión de permitir que nuestro corazón se turbe y tenga miedo, o de borrar ese sentimiento turbulento junto con su miedo infundado.
Dios quiere que veamos cómo Jesús declaró Su misión porque “El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres”. (Isaías 61:1). Cuán a menudo terminamos en la pobreza espiritual, hambrientos incluso de un poco de esperanza. Pero Jesús vino a predicar las buenas nuevas que nos satisface mientras saboreamos esta deliciosa promesa: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia”. (Salmo 46:1).
Él quiere que reconozcamos que el mundo no puede reensamblar lo que estaba roto. Pero Jesús sí puede. Él dice: “Me ha enviado a sanar los corazones heridos…” (Isaías 61:1). Si nuestro corazón está quebrantado, Él tiene el bálsamo para sanar. Él tiene el amor para devolver lo que fue tomado. Y Él tiene el poder de hacernos completos una vez más.
Quiere que veamos la libertad, cierta y duradera. Vino “a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros…” (Isaías 61:1). No más prisioneros de ataques de pánico, no más sentirse atrapado por la depresión. Él abrió esa celda de la prisión con la llave de Su promesa.
Dios quiere que veamos que Él tiene un plan. Él vino “a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios…” (Isaías 61:2). Su favor estará sobre los que confían en Él. No importa la injusticia, los insultos o los intentos de silenciarnos, Su venganza está preparada a Su manera y se desplegará en el momento preciso.
Cuando enfrentamos la pérdida de un trabajo, la pérdida de un ser querido, la pérdida de una relación o incluso nuestra salud, Dios quiere que veamos que Él vino a llenar el vacío y “a consolar a todos los que están de duelo…” (Isaías 61:2). Si el luto está llenando nuestros días, Su consuelo está aquí. Si el dolor es pesado, Su paz es constante. Y, si el dolor de corazón es demasiado, Él alivia el dolor.
Cuando nos desmoronamos y estamos rodeados por las cenizas de la desesperación, Él quiere que veamos que Su misión es traer un hermoso intercambio: “Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento”. (Isaías 61:3).
¿Puedes mirarte en el espejo y ver el nuevo tú? ¿La nueva percepción de tu vida, de tu situación y de tu futuro? Eso es porque cuando quitamos la venda, vemos un paisaje nuevo y exquisito. Entonces, la paz visita nuestras noches. Y durante el día, esto canta en nuestro corazón:
“¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna”. (Salmo 73:25-26).
Usado con permiso de Global Media Outreach de Janet Perez Eckels. A pesar de su ceguera física, Janet sirve al Señor como oradora y autora inspiradora. Este artículo se publicó por primera vez el 7 de febrero de 2021 en www.janetperezeckles.com
Ora esta semana:
Padre, no importa cuán feo y oscuro se vuelva el mundo, elijo ver el paisaje que pintaste ante mí. Veo Tus promesas, Tu misión y Tu poder para darme fuerza. En el nombre de Jesus.