Han sembrado mucho pero cosechado poco… Sus salarios desaparecen, ¡como si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!
En un día caluroso de verano, tu actualmente puedes ver el agua de un arroyo evaporándose. ¿Te pasa lo mismo con tu dinero? ¿Se te está desapareciendo tu dinero? ¿Estás constantemente gastando más de lo que ganas? Quizás la solución no sea el tener más dinero en tus manos. Vayamos a la Palabra de Dios a ver qué dicen las Escrituras acerca del dinero. ¿Crees que a Dios le interesa lo que haces con el dinero que te ganas?
¿Qué tiene el primer lugar de importancia en tu vida; Dios o el dinero?
Trata de llevar un registro de todos tus gastos durante un mes. Esta es una buena manera de ver a dónde se está yendo tu dinero y qué tiene el primer lugar en tu corazón. ¿Ocupa Dios el primer lugar en esa lista, o gastas la mayor parte de tu dinero saliendo a comer a menudo, o comprando ropa y otras cosas materiales? Jesús dijo en Mateo 6:33, “Más bien, busquen primeramente (tener como objetivo, esforzándose por conseguir) el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”.
¿Con qué frecuencia ayudas a aquellos menos afortunados que tu?
Usar el dinero que ganamos de forma egoísta es lo opuesto a lo que el Padre nos ha enseñado a hacer. ¿Olvidamos ayudar a los demás o la Iglesia a la cual asistimos? “Den, y recibirán…derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio”. (Lucas 6:38)
En algún momento en nuestro caminar con Jesús, nos damos cuenta que dar una porción de nuestro ingreso a la Iglesia, es parte de nuestra responsabilidad como cristianos. El apóstol Pablo le dijo a la iglesia que él inició en la ciudad de Corinto, “El primer día de cada semana, cada uno debería separar una parte del dinero que ha ganado, y utilizarlo como ofrenda”. (1 Corintios 16:2)
Ora esta semana:
Padre, perdóname por no tenerte en el primer lugar en mi vida. Recuérdame mantenerte como prioridad en mi corazón.