Viviendo Como Parte del Cuerpo de Cristo
La semana pasada aprendimos sobre el pertenecer al cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia. También hablamos acerca de cuán importante es para cada creyente el pertenecer a un cuerpo local de creyentes, una iglesia.
Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros...
Anteriormente, aprendimos sobre el pertenecer al cuerpo de Cristo, es decir, la Iglesia. También hablamos acerca de cuán importante es para cada creyente el pertenecer a un cuerpo local de creyentes, una iglesia.
Hoy día, tu puedes “asistir” a la iglesia a través del internet. Tu puedes cantar alabanzas, escuchar predicaciones grandiosas, e inclusive dar dinero. Pero estás perdiendo la oportunidad de hacer una diferencia en la vida de otros creyentes. Es por eso que Hebreos 10:25 dice: “no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros …”. Tu y tus discípulos necesitan asistir físicamente a una iglesia o comunidad de creyentes.
El Nuevo Testamento está lleno de instrucciones sobre cómo relacionarnos unos a otros. De hecho, hay cincuenta y seis pasajes bíblicos que incluyen la frase “unos a otros”. Veamos unos cuantos:
- Ámense unos a otros – En el Nuevo Testamento, en quince ocasiones diferentes se nos da el mandamiento de amarnos unos a los otros (Juan 13:34-35; Romanos 13:8; 1 Tesalonicenses 4:9). Cuando le preguntaron a Jesús cuál era el más grande mandamiento, Él nos dijo que eran dos: Amar a Dios con todo nuestro corazón y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:37-40). Él señaló que toda la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.
- Sirviéndonos unos a otros – Gálatas 5:13 nos dice “sírvanse unos a otros por amor”. Jesús fue nuestro ejemplo cuando dijo en Mateo 20:28: “Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos”. El mundo está lleno de personas que sólo se preocupan por sí mismas. Cuando ponemos a los demás primero y nos servimos unos a los otros con intenciones puras, el mundo lo notará y Dios es glorificado.
- Vivan en armonía unos con otros (Romanos 12:16) – En la música, la armonía no significa hacer lo mismo que todos los demás, sino cantar o tocar un instrumento algo diferente pero que combinado con los demás, aumenta la belleza y el poder de la canción. Por otro lado, una sola persona cantando fuera de tono o tocando un instrumento en la nota equivocada, puede hacer que todo el grupo suene terrible.
De la misma manera, cuando estamos en conflicto con nuestros hermanos y hermanas en el Cuerpo de Cristo, o peor aún, cuando propagamos ese conflicto a otros, todo el cuerpo se “desafina”. Deja de funcionar como debiera. Pídele al Señor que a través de Su Espíritu Santo, te use para promover la unidad dentro del Cuerpo de Cristo y no el conflicto.
Ora esta semana:
Gracias Señor por habernos creado para vivir en comunidad con otros.