Lectura 5: Creados con un Propósito
¿Alguna vez te has preguntado por qué naciste?
Uno de los primeros líderes de la iglesia, Agustín, dijo lo siguiente: “Nuestros corazones están inquietos hasta que se encuentran con Dios”. Nunca podrás experimentar la paz y el gozo en tu vida si no tienes una relación con Dios. Romanos 5:1-2 nos dice, “Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios”.
“Sin embargo, te he perdonado la vida con un propósito: mostrarte mi poder y dar a conocer mi fama por toda la tierra” (Éxodo 9:16).
“Clamo al Dios Altísimo, a Dios, quien cumplirá su propósito para mí” (Salmos 57:2).
Tu Propósito: Relación con Dios
El propósito de tu vida es que le des gloria a Dios en todo lo que haces: en la adoración, en la relaciones y en el trabajo. La Confesión de Fe de Westminster dice: “El propósito principal del hombre es darle gloria y honor a Dios, y disfrutarlo a Él para siempre.”
Recuerda que, cuando aceptaste a Cristo como tu Salvador, tu tienes a Dios quien “trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada” (Filipenses 2:13). Pero esto no ocurre de la noche a la mañana. Es el resultado de una relación progresiva con Dios. La fidelidad en leer la Palabra de Dios y el orar de acuerdo a Su voluntad son herramientas que te ayudan en el crecimiento de tu relación con Dios. Este es el propósito primordial de tu vida; el tener una relación significativa con Dios. Y aún más, Dios tiene cosas específicas que desea que tu cumplas en esta vida.
Las siguientes lecturas exponen el plan específico de Dios para tu vida. Toma un momento y dale gracias a Dios porque te conoce, se preocupa por ti y tiene un plan para tu vida.