Lectura 4 - Eres Salvo por Gracia
Todo el mundo tiene necesidad de salvación pero nadie puede hacer nada para merecerla.
La Biblia nos dice en Romanos 5:12, “fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron”. ¿Cuántos pecados? ¡Todos! Debido a que todos hemos pecado, todos nosotros debemos encarar la muerte. Nuestro pecado es lo que nos separa de Dios y sólo es requerido un pecado para que la separación ocurra. Nuestras buenas obras no pueden cambiar esta verdad. Sólo imagínate que una persona es culpable de homicidio y está apelando su caso en la corte: “¡Pero le di de comer a los vagabundos, su Señoría! ¡También doné dinero a la caridad, y me he comportado bien con mi mamá!” Sus buenos actos no borrarán el homicidio que la persona cometió. Él todavía tiene que pagar la penalidad de sus pecados. Eso mismo pasa con nosotros. Estamos atascados en nuestros pecados y en camino hacia la muerte; estamos todos en una situación sin esperanza.
“Nosotros creemos que todos somos salvos de la misma manera, por la gracia no merecida que proviene del Señor Jesús” (Hechos 15:11).
Las Buenas Nuevas
Pero hay buenas noticias: Dios, en Su misericordia, envió a Su Hijo a morir en nuestro lugar. Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”. Cristo pagó la penalidad por nuestros pecados al morir en nuestro lugar aún cuando Él era inocente.
“Entonces, así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina en cambio la gracia maravillosa de Dios, la cual nos pone en la relación correcta con él y nos da como resultado la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor” (Romanos 5:21).
Gracia Mediante la Fe
Como un puente que conecta dos personas separadas, Dios hizo un camino a través de Cristo para conectarnos con Él. Dios hizo esto porque Él lo quería hacer; no porque lo tenía que hacer. Él lo hizo por Su gran amor hacia nosotros. Esta es la gracia de Dios y es dada a nosotros por medio de fe en Su Hijo Jesús, no esforzándonos para ser buenos. ¿No es esto un gran alivio? Toma un momento y dale gracias a Dios por salvarte aún cuando eres un pecador. Dale gracias a Él porque no tienes que ganarte Su amor o la salvación.